Noticias | Centro de Estudios Maximalistas
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#UE. #España. La #crisis social -con una brecha creciente de ingresos y el hundimiento del centro de la distribución de rentas por la desaparición de los «buenos salarios» en el #trabajo- se está convirtiendo en una crisis del #individualismo y su #moral.

Los nuevos «retos» que nos plantean como la #digitalización o el #PactoVerde, no enganchan como proyecto de conjunto porque están articulados de modo que multiplican la brecha de ingresos en contra de las clases medias (la lógica de diseño del Pacto Verde para Iberdrola y para los agricultores es la opuesta, por ej) y aumentan la #precarización del trabajo (al final la #digitalización está siendo más bien «uberización»)

¿La paradoja? La obsesión identitaria y la visión económica de la izquierda política (que ha sustituido el #universalismo tradicional por el #asistencialismo a «los más desfavorecidos» con tal de mantener la ortodoxia presupuestaria) pueden hacer que el fin del modelo de «sociedad acelerada» thatcheriana acabe expresándose a través de las nuevas derechas ultras, nacionalistas, negacionistas y delirantes... que son igual o aún más neoliberales que lo existente (Milei, Vox, etc.)

Esteban Hernández lo relata así:

«Es normal que una sociedad sometida a cambios, transformaciones, reformas, exigencias de adaptación y oleaje continuo modifique sus valores. El desinterés por el individualismo, el hartazgo con el sálvese quien pueda, la necesidad de estabilidad y continuidad , el deseo de una vida menos agitada, la defensa de valores colectivos frente a la soledad a la que aboca el mercado y el frenazo frente a cambios. continuos que no dejan de empeorar la vida son ahora aspiraciones de buena parte de la sociedad.

Esa mentalidad choca con los sectores con mayor recorrido, esas clases medias altas conectadas con el capital global, las que se mueven mucho más en el mundo financiero y de la gestión que en el del trabajo, y que se apoyan en la tecnocracia: son capas de la sociedad que tratan de mantener el tipo de valores dominantes. El enfrentamiento de esta visión con el resto de la sociedad está cada vez más presente.

Las demandas de estabilidad y seguridad se han vehiculado sobre todo a través de términos territoriales y por eso las nuevas derechas están creciendo, ya que han apostado por privilegiar los mensajes nacionalistas. Pero es muy dudoso que programas como los de Milei puedan aportar otra cosa que no sea más velocidad y caos a una sociedad que demanda todo lo contrario, como lo es que tener como proyecto de futuro la reconversión tecnológica y digital vaya a consistir en otra cosa. que añadir nuevas capas a lo mismo.»

«Lo que solicitan las poblaciones occidentales es algo muy distinto de lo que pedían en el pasado reciente. Y conviene entender la profundidad de las demandas: hasta la fecha, el mensaje que recibieron las poblaciones, y que interiorizaban, es que debían adaptarse, cambiar y evolucionar. Lo que están diciendo ahora, cuando se oponen a los tratados del libre comercio, cuando piden protección, cuando atacan a la forma de actuar de la UE o cuando demandan cambios en las cadenas de precios, es que lo que debe cambiar es la sociedad, la política, las estructuras. Y eso es material políticamente inflamable . Y muy difícil de manejar, si continúa extendiéndose, para el gobierno de Sánchez, para el de Macron, para el de Biden o para el de Scholz . Convendría escuchar el rumor de fondo.»

https://www.elconfidencial.com/espana/2024-02-11/batalla-cultural-valores-gobierno-sanchez_3828128/
El candidato conspiracionista, antisemita y #antivacunas en las presidenciales de #EEUU, RF Kennedy, crece acompañado en el mundo TikTok de celebrities e influencers variados y sobre todo, articulando el rechazo de los varones jóvenes a la «culpa colectiva» que se les atribuye desde el #feminismo y el #racialismo en los relatos mediáticos, la escuela y la universidad.

Sólo la vuelta de los discursos al #universalismo emancipador (la aspiración a iguales valores, normas y derechos para todos al margen de sus «identidades») y a la centralidad del trabajo en vez de las «identidades» (el hacer colectivo en vez del supuesto «ser» esencialista) puede evitar que la fractura que se está produciendo se consolide y enquiste.

https://www.wired.com/story/robert-f-kennedy-jr-aaron-rodgers-male-vote/
Dice Esteban Hernández que «las dinámicas internacionales conducen a una radicalización generalizada». Parece desde luego que las dinámicas internacionales están siendo cada vez más extremas y apuntan hacia:

- El fin de Europa como centro económico global, desplazado a un plano secundario por #China y #EEUU, abandonando las urgencias del #PactoVerde y con problemas para refugiarse en el nuevo #proteccionismo acompañado de medidas keynesianas.

- Una espiral de #militarismo y #guerra global que transformará todo el contexto y desestabilizará a troche y moche, especialmente a los países frontera, como #España.

En ese contexto global, una economía que empeora las condiciones de #trabajo y los #salarios como única forma de competir y una #UE extendida que ya no va a dar bálsamo en forma de subvenciones ni a los gobiernos locales ni a la #agricultura y la #ganadería (porque la entrada de #Ucrania desmontará de hecho la #PAC a medio plazo), concurren a crear un escenario en el que, para rematar, los sistemas de previsión, educación y sanidad viran paulatinamente del #universalismo a «la justicia social», es decir, el #asistencialismo de «los más vulnerables», dejando fuera a la gran mayoría de los trabajadores y las clases medias.

El cuadro general no es bonito, no. Pero invita a trabajar y organizar ya asideros para transitarlo. Especialmente desde la mirada del #cooperativismo (no sólo el de trabajo aunque principalmente) y la #repoblación.
#EEUU. Las fantasías guerracivilistas, que ya han creado todo un género literario, son el resultado del auge del #identitarismo en la última década. Enterrar el #universalismo sólo lleva a un conflicto estéril con posible deriva hacia la violencia más o menos difusa (según sea o no útil a otros intereses).

«Los Estados Unidos de identidades y símbolos en proliferación, es un país donde los derechos y agravios de los grupos corren el riesgo de prevalecer sobre los puntos en común y los compromisos que nos unen. “Los partidos identitarios hacen imposible que los votantes cambien de bando”, escribe Walter. "No tienen ningún lugar adonde ir si su identidad política está ligada a su identidad étnica o religiosa".»

«En “Cómo comienzan las guerras civiles”, Walter señala la ruptura de una identidad nacional unificada como precursora del conflicto. En Irak, escribe, la gente empezó a preguntar quién era chiíta y quién sunita; en Bosnia, la distinción entre las identidades serbia, croata y musulmana dominó todo lo demás. Uno de los momentos más inquietantes de “Civil War” muestra a un combatiente camuflado amenazando a los periodistas. Cuando insisten en que son estadounidenses, les pregunta: "¿Qué clase de estadounidense eres?"»

«El debate sobre qué tipo de Estados Unidos queremos es vital e incesante. Pero cuando se pasa de lo universal a lo personal, de qué tipo de Estados Unidos queremos a qué tipo de estadounidense aceptaremos, entonces hemos pasado de la conversación al interrogatorio, de la indagación a la tragedia. No es necesario creer que se acerca una nueva guerra civil para comprender los peligros de la pregunta: "¿Qué clase de estadounidense eres?" – y darnos cuenta de que cuantas más respuestas buscamos, más débiles nos volvemos.»

https://www.nytimes.com/2024/04/21/opinion/civil-war-liberty-america.html