El Foro de #Davos y la perspectiva del poder.
Se ha publicado el Informe de riesgos globales del Foro de Davos de este año. Sin desperdicio.
Para esta gente los principales riesgos a corto y largo plazo son medioambientales. A corto sólo temen el efecto de la #desinformación y la #polarización (una forma de decir que temen que no salga Biden), la #guerra sólo aparece en quinto lugar. Los negocios primero, las pilas de cadáveres no importan. El riesgo de extensión tampoco.
En la prospectiva a 10 años la guerra y el terrorismo desaparecen de la escena de riesgos. Los riesgos medioambientales copan las 4 primeras posiciones. La quinta, cómo no, desinformación (o mejor sería decir, la pérdida del monopolio de la desinformación). Y sólo en sexto lugar... los efectos «indeseados» pero por lo visto predecibles de la #IA, es decir el coste social de pisar ahora el acelerador como lo están pisando.
A diez años, la guerra no les preocupa en absoluto -aunque en los pasillos y los salones hablen abiertamente de la perspectiva de una guerra con #China-. Y el #terrorismo, dicen, pasará a ser un riesgo desdeñable.
El cuadro habla de Davos, no del mundo. Y lo que dice de su gente y su discurso es característicamente parecido a la forma en que hoy vemos a la aristocracia inmediatamente anterior a la Revolución francesa: despreocupados por el empobrecimiento masivo y el resultado de su propia acción económica, despreocupados por las guerras que impulsaban para mantener hegemonías entre estados dinosaurio, pero eso sí, temerosos de una #naturaleza supuestamente vengativa. Son los síntomas típicos de los efectos de una #CrisisdeCivilización sobre sus dirigentes y beneficiarios.
Se ha publicado el Informe de riesgos globales del Foro de Davos de este año. Sin desperdicio.
Para esta gente los principales riesgos a corto y largo plazo son medioambientales. A corto sólo temen el efecto de la #desinformación y la #polarización (una forma de decir que temen que no salga Biden), la #guerra sólo aparece en quinto lugar. Los negocios primero, las pilas de cadáveres no importan. El riesgo de extensión tampoco.
En la prospectiva a 10 años la guerra y el terrorismo desaparecen de la escena de riesgos. Los riesgos medioambientales copan las 4 primeras posiciones. La quinta, cómo no, desinformación (o mejor sería decir, la pérdida del monopolio de la desinformación). Y sólo en sexto lugar... los efectos «indeseados» pero por lo visto predecibles de la #IA, es decir el coste social de pisar ahora el acelerador como lo están pisando.
A diez años, la guerra no les preocupa en absoluto -aunque en los pasillos y los salones hablen abiertamente de la perspectiva de una guerra con #China-. Y el #terrorismo, dicen, pasará a ser un riesgo desdeñable.
El cuadro habla de Davos, no del mundo. Y lo que dice de su gente y su discurso es característicamente parecido a la forma en que hoy vemos a la aristocracia inmediatamente anterior a la Revolución francesa: despreocupados por el empobrecimiento masivo y el resultado de su propia acción económica, despreocupados por las guerras que impulsaban para mantener hegemonías entre estados dinosaurio, pero eso sí, temerosos de una #naturaleza supuestamente vengativa. Son los síntomas típicos de los efectos de una #CrisisdeCivilización sobre sus dirigentes y beneficiarios.
En #Davos, Guterres habla del emperador desnudo:
«La incapacidad y la falta de voluntad para solventar problemas, fomenta ira y resentimiento social»
https://elpais.com/internacional/2024-01-17/guterres-alerta-en-davos-de-la-perdida-de-fe-en-la-politica-y-el-sistema-economico-y-del-riesgo-de-un-mundo-caotico.html
«La incapacidad y la falta de voluntad para solventar problemas, fomenta ira y resentimiento social»
https://elpais.com/internacional/2024-01-17/guterres-alerta-en-davos-de-la-perdida-de-fe-en-la-politica-y-el-sistema-economico-y-del-riesgo-de-un-mundo-caotico.html
El País
Guterres alerta en Davos de la pérdida de fe en la política y el sistema económico y del riesgo de un mundo “caótico”
El secretario general de la ONU denuncia la incapacidad y la falta de voluntad para solventar problemas, lo que fomenta ira y resentimiento social