Noticias | Centro de Estudios Maximalistas
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Forwarded from Fundación Repoblación
#Despoblación + fracaso industrial de las zonas rurales = descomposición social + primeros síntomas de implantación del #narco como fuerza social y economía / #agricultura de supervivencia

«Sin embargo, de todos esos factores, hay uno que debe destacarse, porque es el que facilita que las organizaciones se extiendan aprovechando las facilidades que las zonas interiores ofrecen. Esa parte de España poblada por polígonos semivacíos, por territorios que creyeron que iban a despegar y se quedaron detenidos, y cuya industria cerró, resulta especialmente atractiva para promover el cultivo.»

«Esos lugares en declive tienen dificultades relevantes, que se dejan sentir en sus clases medias y en las populares, y que se aprecia especialmente en las dinámicas migratorias. Sus jóvenes suelen marcharse en busca de mejores opciones laborales, sobre todo a grandes ciudades, pero eso solo es posible para aquellos que cuentan con alguna formación y con ayuda familiar. Los trabajos poco cualificados no ofrecen los salarios precisos para mantenerse en una ciudad cara en la que hay que afrontar el coste de la vivienda. En consecuencia, parte de su población, sobre todo aquella con bajo nivel adquisitivo, se ve obligada a permanecer en zonas en las que los empleos son insuficientes. La economía de supervivencia se impone, a menudo a través de trabajos ocasionales, de empleos parciales en negro, de ayudas públicas o de una combinación de estas fuentes de ingresos. Y los hijos que tienen crecerán con esos problemas agravados. Son zonas que están produciendo lumpenproletariado.»

«Lo de España con la marihuana es otra cosa, porque el productor autóctono tiene cada vez menos ese perfil. Su perspectiva vital es más la de la España del apaño, ese ir tirando al que se han acostumbrado, que el de los grandes sueños de riqueza. Describe Llambrich la experiencia de un productor que recibe entre 10.000 y 12.000 euros al trimestre, que no es una cantidad menor, pero que está muy alejada de un nivel de vida elevado. En la entrevista que realiza en el libro a un joven proveniente de un entorno desestructurado, cuya su vida siempre había estado ligada a delincuencia menor, aparece esta mentalidad de un modo expreso: "Identifica su actividad actual como un modo de vida que le ha permitido un cambio social. Antes robaba un bolso y tenía que enfrentarse a la gente, y ahora es un empresario, que ya ha pasado por la época de dedicarse a cuidar la plantación. Tiene una vida fácil que le permite llegar a final de mes sin preocupaciones. Se autopercibe como un empresario que ha ascendido socialmente y que no hace ningún mal, simplemente cultiva plantas".»

«El tipo de droga ayuda, porque la marihuana está más aceptada socialmente y se percibe como menos arriesgada: no parece lo mismo cultivar maría que vender heroína. Las vías de acceso a esta droga son más fáciles, y también, por esa informalidad, es más sencillo contactar con redes que compran la producción.

El problema último es que nunca es así. La ilegalidad implica violencia y desprotección, y eso no siempre se entiende de antemano, como le ocurrió a aquel pequeño camello que denunció a un policía que patrullaba a quienes le habían robado la mercancía. La ilegalidad supone ajustes de cuentas, intentos de robo o de quemar las cosechas ajenas, suponen armas de fuego y estar dispuesto a disparar. Y las consecuencias legales no son tan laxas: "Cuando los cultivadores son imputados por pertenencia a una organización suelen sorprenderse, porque ellos son simplemente agricultores. Pero pertenecen a una red que finalmente hace posible que su producción sea adquirida", afirma Llambrich.»

https://www.elconfidencial.com/espana/2024-02-04/deseo-clase-media-espana-lugar-idoneo-maria_3823313/