Noticias | Centro de Estudios Maximalistas
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#Urbanismo #Polución Construir más zonas verdes no es una solución mágica para combatir la contaminación causada por la densidad en las ciudades. Aumentar la cubierta forestal no solo trae efectos mucho menores que los del control de emisiones sobre el total de gases y partículas contaminantes, sino que puede agravar el problema:

"Los principales mecanismos a través de los cuales la vegetación puede reducir la contaminación atmosférica son la deposición y la dispersión. La deposición se produce cuando los contaminantes atmosféricos se adsorben a las superficies vegetales, mientras que la dispersión implica la dilución de las concentraciones de contaminantes atmosféricos debido a los efectos aerodinámicos inducidos por las estructuras vegetales. Sin embargo, los mecanismos de los efectos de dispersión también pueden aumentar las concentraciones locales de contaminación atmosférica, dependiendo de la estructura de la vegetación (por ejemplo, altura, densidad de hojas), el contexto del lugar (por ejemplo, geometría del cañón de la calle, proximidad a la fuente de emisión) y el tiempo atmosférico predominante (por ejemplo, velocidad y dirección del viento).

Por ejemplo, las densas copas de los árboles pueden reducir la ventilación en los cañones de las calles, y las barreras de vegetación porosa en entornos de carretera abierta pueden exacerbar las concentraciones de contaminación atmosférica al borde de la carretera. La vegetación también puede producir compuestos orgánicos volátiles (COV) que, en casos como el de Los Ángeles, contribuyen a una cuarta parte del aerosol orgánico secundario en los días calurosos. Aunque hay pruebas de que la vegetación puede mejorar la contaminación atmosférica en las circunstancias adecuadas, existen numerosas pruebas experimentales y de modelización que demuestran lo contrario. El conflicto en la literatura científica es quizás la razón por la que la suposición generalizada de que los espacios verdes urbanos reducen la contaminación atmosférica sigue estando muy extendida en el discurso popular.

A escala urbana y regional, los estudios de modelización estiman que los espacios verdes pueden mejorar la calidad del aire a través de la deposición, aunque a tasas lentas de entre el 1 y el 2% en períodos decenales. En nuestro análisis, que abarca dos continentes, encontramos efectos aún menores de los espacios verdes -un descenso del 0,8% en las concentraciones de contaminantes a lo largo de 10 años- al promediar las escalas espaciales."

https://www.pnas.org/doi/10.1073/pnas.2306200121